Climate Change and Agriculture in Africa: Impact Assessment and Adaptation Strategies (Earthscan Climate)

visión de conjunto:
Reseña del editor Un libro contundente que basado en investigaciones de campo pone de relieve lo que se oculta tras los grandes monocultivos industriales que han transformado (y no precisamente para bien) la vida de tantos países en vías de desarrollo contaminación reducciones de la Universidad arrendamiento de la agricultura local puesta en riesgo de las comunidades indígenas de su cultura y su forma de vida lobbies transnacionales el negocio de los transgénicos... Más allá de la salud lo que está en juego es la dignidad y la justicia social de muchos millones de personas. Contraportada A través de la historia de tres monocultivos que están entre los más importantes del agronegocio a nivel mundial –caña azucarera palma de aceite y soja– se plantea un recorrido por la historia de la agricultura comenzando con la caña de azúcar muy vinculada a la colonización y que en la América conquistada requirió de miles de esclavos en las plantaciones desde las que se acumuló el capital que contribuyó a realizar la Revolución industrial. Hoy la caña sigue siendo fundamental para economías como las de Brasil y Guatemala y sigue asociada a trabajo en condiciones análogas a la esclavitud en las plantaciones. En los años 50 todo cambió con la Revolución Verde: legitimada por el discurso del necesario combate a la pobreza en realidad para algunos campesinos esta revolución trajo más hambre y desigualdad además de provocar daños medioambientales y una reducción de la biodiversidad. Algo que sucede todavía hoy cuando el monocultivo agroindustrial con altos rendimientos basados en insumos tecnológicos –pesticidas fungicidas– penetra en territorios hasta entonces consagrados a la agricultura familiar basada en el autoconsumo. Así ocurre con la palma de aceite cuyos impactos serán analizados tras haberlos estudiado sobre el terreno en Camerún Indonesia Colombia Ecuador y Guatemala. Después llegó otra revolución tecnológica llamada a cambiar una vez más la historia de la agricultura: la biotecnología. Las semillas «mejoradas» y patentadas prometían altísimas rentabilidades como sucede en el caso de la soja transgénica de Monsanto resistente al glifosato un potente agrotóxico cuyos peligros para la salud ha reseñado la OMS. En Argentina la soja ocupa un 60% de la superficie cultivable y fueron los vecinos de áreas fumigadas desde el aire con glifosato –como las Madres del barrio cordobés de Ituzaingó Anexo– quienes dieron la voz de alarma sobre los casos de malformaciones fetales abortos espontáneos y aumento de los casos de leucemia asociados al glifosato. Un último capítulo se dedica a algunas cuestiones que comparten los tres cultivos y que son fundamentales para entender la situación actual del modelo del agronegocio: la financiación de entidades supranacionales y de cooperación como el Banco Mundial o la USAID; el rol de los agrocombustibles; la disputa en torno a las semillas y los intentos de privatizarlas y las luchas de las comunidades indígenas afrodescendientes y campesinas en defensa de los territorios. Para terminar a modo de conclusión se relacionan los impactos socioambientales asociados a la caña la palma y la soja con el consumo en los países del Norte global y con sus modelos de alimentación tan insalubres como injustos socialmente e insostenibles ambientalmente.